El Body Buddyacompañante para la cama, el Prozac en botellas de dos litros y la Siri supervitaminada son algunos de los grandes detalles de una graciosa visión sobre cómo podría ser el futuro cercano. Ryan Turner dirige esta peliculita que ha seleccionado el canal Dust de ciencia-ficción sobre una inteligencia artificial que decide que el protagonista necesita salir en una cita con alguien para aliviar su soledad – aunque la cosa se sale un poco de madre.
Desde el departamento de concursos extraños pero interesantes nos llega una competición de malabarismos, en concreto en la variante con 5 bolas (que ya es difícil de por sí) en el formato sólo puede quedar uno: una eliminatoria en la que todos comienzan a la vez y van cayendo como moscas. Lo hacen tan elegante y suave que yo me pasé la primera mitad del vídeo pensando que sólo usaban 4 bolas (!)
Eso sí: son diez minutos tan interesantes como tensos, con gente que parece que va bien y de repente ¡chaf! lo cual es cruel de narices porque tan como eliges tu favorito o favorita ¡adios! cualquier choque o traspiés, uno menos. Como prueba extra de habilidad de vez en cuando les obligan a realizar lanzamientos altos o a cambiar el tipo de dibujo con las bolas; por lo demás todo vale. Sólo puede quedar uno.
Este encuentro de la Internalional Juggler’s Association, en su edición 2018, tuvo lugar el mes pasado en Springfield, Massachusetts.
Tal y como avisa el autor de este vídeo, Ruben Giuliani, hay algunas palabrotas en este cortometraje pero es que… WTF! esto es otro nivel de hackeo: la Wikipedia, sin ir más lejos. Y esas visitas a Stack Overflow, esas preguntas a la madre que anda por la casa… ¡Digno de Matrix!
Este parque temático chino se llama Wansheng Ordovician y es una auténtica prueba estilo tortura para cualquiera que padezca de vértigo, como nos enseña el vído de Insider. Las atracciones son a cual más rebuscadas, incluyendo un puente de tablas a 170 metros de altura, una pasarela de cristal a 120 metros (la más grande del mundo) y un columpio estilo Heidial borde de un precipicio de 300 metros.
Mi favorita es sin duda la que llaman Salto Extremo que es el puente de tablones: la gente cruza asegurada con una línea de vida y un arnés, así que nada puede pasarles, aunque haya quien se caiga. Hay que dar saltos de una tabla a otra y esos 35 cm de separación son… críticos. Hay gente que atraviesa el puente saltando, otros tan tranquilos y otros haciendo el ganso, pero también hay quien lo pasa mal, lo que se dice muy mal.
La seguridad no parece gran cosa, todo sea dicho, lo cual seguramente contribuye al acongoje general. Pero que sepamos todavía no han tenido ni un solo accidente desde su inauguración.