Future Punk inventa anuncios de productos imaginarios y los dota de apropiado realismo. Este de un iPhone en la era del Macintosh original de los años 80 se ve palpable y viejuno, con los clásicos colores crema y las teclas cuadradotas. Pero en realidad es un modelo 3-D.
Poolside FM es un extraño experimento surgido de alguna febril noche de calentón veraniego debido a las altas temperaturas. Es una especie de revival a lo Stranger Things que retrotrae el ordenador a los 80: una interface de MacOS primitiva, un reproductor de música estilo MacAmp, un canal de televisión donde todo son programas de bailes de la muchachada de la época de la movida (americana eso sí), anuncios de televisión añejos y vídeos que parecen salidos de teletienda. Toda una experiencia dejarlo puesto y toquetear un poco los botones.
Si fuera español sólo faltarían las mamáchichos y GilyGil en el jacuzzi, vamos, o alguno de aquellos de La juventud baila intercalados con anuncios del señor de Colón «busque-y-compare».
Esta peliculita a modo de anuncio, que califican como de «estilo Superbowl» (¡ejem!) se rodó para el Hackatón de la Conferencia Bitcoin 2019. Se titula The Search for Value y en ella aparece un personaje buscador de metales en las playas de Malibú, California. Pero en el año 2042 las cosas son un poco distintas y parece que 0,01 Bitcoins valen más que un lingote de oro o que los billetes de dólar.
Si mis cálculos no me fallan eso imagina muy optimistamente que la cotización del Bitcoin será de 1 millón de dólares dentro de 23 años. No estaría nada mal, teniendo en cuenta que a día de hoy está alrededor de «sólo» 9.000 dólares.
Mientras tanto, me quedo con el lingotazo de oro, que son unos 500.000 dólares a día de hoy, vete a saber en el 2042.
Bonus: WTF de pedazo de spoiler en la imagen de miniatura del vídeo.
En esta visita de Architectural Digest que nos hace Joe Farrell a su «humilde» morada de 40 millones de dólares todo es excesivo, y de mejor o peor gusto según cada cual. Pero desde luego, no deja indiferente. Algunos de los detalles que más llaman la atención (o más risa floja dan) del Sandcastle, que es como se llama, situado en los Hamptons (Nueva York), incluyen:
2.800 metros cuadrados construidos en 5 hectáreas: 15 habitaciones y 19 cuartos de baño
Su propio campo de béisbol (además de cancha de tenis, basket y squash) «con la hierba meticulosamente segada cada día»
Una bolera oficial de dos pistas en el sótano, con su bar y algunas recreativas. Jesús Quintana sería feliz aquí.
Cajero automático por si necesitas sacar dinero (¡¿Quién necesita dinero viviendo ahí!?)
Habitaciones para la muchachada con videojuegos, pared de escalada, halfpipe de skate, etcétera. Te puedes hasta traer un DJ que tiene de todo.
Su propio teatrillo para hacer funciones infantiles; los disfraces van aparte
Sala de cine con diez butacas no sólo de máximo lujo, sino con «movimiento/vibración» sincronizado con las películas
Varias piscinas, spas y salas de masaje, algunas hasta con chimenea, que aquello parece Minecraft
Vestuarios más grandes que algunos Zaras
Cocina tamaño industrial. Además de 6 lavadoras y 4 secadoras para tener la ropa siempre limpia.
Apartamento privado, oficina, casas-dentro-de-la casa, en fin, lo más de lo más
Plazas de aparcamiento en dos plantas para 3+5 = 8 coches, a cual más «humilde» (Matías, toma nota)
y por supuesto,
Habitación para cortar flores. Porque una casa así tiene un jardín enorme con flores de todo tipo en su jardín, y si te gustan las flores frescas qué mejor que tener una habitación exclusiva y dedicada para «cortar flores». Que es más grande que muchos apartamentos de Madrid Central, claro.
En fin, la sensación que deja es de insana envidia aunque también se le pueden sacar muchos peros: el tamaño de la familia y la cantidad de amigos que necesitas para vivir ahí y llenarlo todo; el ejército de personal de servicio para atenderlo, que aquello debe parecer un hotel en días punta; las medidas de seguridad que probablemente lo harán parecer más una base militar más que una casa; la obvia falta de intimidad; la mala cobertura que tendrá el wifi (aunque pensándolo bien fijo que la casa cuenta con su propio ISP, fibra y wifi 5G o 6G en todas las habitaciones); lo abultado de la factura de la luz (y el agua, y el gas, y el aire y… todas las facturas). En fin, que quien no se consuela es porque no quiere.
Los mortales pueden disfrutar de esta humilde morada pagando 300.000 dólares semanales o comprársela tal cual (no sabemos si amueblada o no, qué menos) por 40 millones de dólares (unos ~4.000 bitcoins).
Según parece allá por 1994 existió un anuncio británico de Pizza Hut en el que se utilizaba la temática trekkie de Star Trek: la nueva generación en tono humorístico y en el que los personajes protagonistas hablaban perfecto klingon. Así que lo más apropiado sería hablar del Anuncio de Triqqa Pli’c, que es como se traduciría a la lengua de la noble raza de guerreros.
Lo más raro es que aunque para Pizza Hut la traducción «Triqqa Pli’c», en los traductoresonline de klingon que he probado (que lógicamente, existir existen, porque es un lenguaje bastante estudiado por los fans) lo traducen como «pItSa’ chab hut». Debe ser porque el Instituto del Lenguaje Klingon –la RAE del lejano planeta– lo incluyó en su diccionario.