Por Nacho Palou —
Es como el juego de la pelotita en el vaso: siempre habrá quién pique. Pero ahí queda el aviso de lo que es.
Lo vio Gali en una tienda de “pasta e delicatessen” en el aeropuerto Leonardo Da Vinci - Fiumicino. No sabemos si la compró o no. ¡Gracias por enviarlo!