Uno de nuestros ingenieros locos favoritos, Colin Furze, decidió tentar a la suerte construyendo esta escalera mecánica de ejercicio, una auténtica «bestia para perder peso» como la ha calificado así a bote pronto. Brutal es poco.
La teoría es que si correr en la cinta ya es cansado de por sí –o incluso simplemente subir escaleras para bajar barriga– dedicarse a subir pendientes en contra de una cinta mecánica debe ser lo más. Así que este manitas del bricolaje tecnológico puso manos a la obra con una cinta, una batería de coche, un motor de silla de ruedas eléctrica y un «controlador de velocidad». La velocidad puede ajustarse desde modo gallina a modo Terminator.
«Quizá no sea lo más práctico para tener en casa», dice, pero definitivamente es una autétnica bestia mecánica que mola a la vez que atemoriza.