Por @Alvy — 22 de Noviembre de 2016

Si te has quedado con la boca abierta con alguno de esos vídeos de bodas que se ven por ahí en los que un dron graba los icónicos momentos de la ceremonia desde las alturas de la iglesia… ¡Cuidadín! Es el tipo de cosas que no se ven tan bonitas «en directo» y especialmente no se oyen tan bonitas si hay un chisme revoloteando por ahí.

Aparte de las dificultades técnicas es fácil imaginar las pegas que puede poner el cura para que un maléfico engendro mecánico de muchas patas entre en la casa de Dios o el acojone general que puede acogotar a los elegantes invitados.

Como bonus incluye ese mítico «final» que ya publicamos por aquí hace tiempo.

Es un divertido trabajo de Seth Carver.

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