Sucedió en Mar del Plata (Argentina): un hombre que apreciaba más su automóvil que su propia vida y se sube al techo para evitar que los «pedruscos» de granizo lo abollen con sus impactos. Altamente WTF y en cierto modo indescriptible; lo mejor es verlo:
Aparte de lo cuestionable de la actitud premio-darwiniana (un impacto en la cabeza podría dañarte o incluso causar la muerte), técnicamente su estrategia es lamentable: suponiendo que las bolas de granizo caigan aleatoriamente, es indiferente que mueva los brazos o los deje quietos, puesto que bien podría evitar que impactaran donde los acaba de poner, bien podrían caer en los huecos que acaba de dejar, así que el resultado es el mismo se mueva o esté parado. Tan solo es buena idea intentar aumentar la superficie que cubre, pero en la posición en que está, ya no puede estirarse más. Por no hablar de que aunque salve el techo del coche se está dejando el resto del coche sin proteger: capó, parte trasera, cristales, laterales... Quizá hubiera sido más inteligente otra estrategia como correr a por unos cartones, cajas, o incluso el colchón de su cama para ponerlos encima de su precisado tesoro.
(¡Gracias Pablo por el enlace!)