Se llama HAL y madre de Dios, inquietante es poco. Es un «simulador de paciente pediátrico» fabricado por Gaumard Scientific, pero ¡qué feo es el pobre! Seguro que es superavanzado técnicamente y todo eso, pero es imposible mirarlo sin sentir un poco de grima. Lo del «valle inquietante» debió inventarse para este tipo de seres. Dicen que HAL habla, tiene «expresiones faciales» y se le pueden enchufar equipos médicos convencionales… Hasta se le puede extraer sangre y no sólo eso: también es capaz de llorar y gritar. El horror.
La colección de muñecos simuladores de la web del fabricante es en verdad tremenda; de hecho parece una reencarnación de los muñecos del Museo de Cera de Madrid pero en versión médica. En fin, todo sea por el bien de la salud humana.