Alasdair Beckett-King da en el clavo en menos de 60 segundos con el «otro»* problema de los viajes en el tiempo, algo habrá estado en la cabeza de muchos aficionados y que ya vimos en su día en La singularidad desnuda.
Y es que si te mueves sólo en el tiempo pero no en el espacio cuando reapareces podrías estar millones de kilómetros de tu destino. De modo que un viaje en el tiempo implicaría en cierto modo un rebobinar del tiempo y el espacio, no solo un desplazamiento temporal. Pero entonces, tal vez no podrías volver como tu «yo» del tiempo actual, tus conocimientos y todo tu ser a un pasado en el que muchas de esas partículas ocupaban otra posición.
Mmm… Para darle más vueltas y vueltas a la cabeza, que para eso están las historias de viajes en el tiempo.
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* El primer problema es obviamente la paradoja de que si viajas hacia atrás en el tiempo, por ejemplo a tu niñez, deberías haberte encontrado a ti mismo en algún momento de ese viaje, y si no lo recuerdas es que no sucedió. O si viajas muy atrás, podrías llegar a una época en la que todavía no se hubiera inventado la máquina del tiempo. Además, a saber qué pasa si interactúas contigo mismo. Una extensión de la paradoja del abuelo.