En el New York Times cuentan el lamentable y aberrante caso de un político de Kentucky que había construido una casa de 6,5 millones de dólares en modo survivalista, con su atractivo búnker incluido y cuya historia casi tuvo un trágico final.
El hombre, llamado Wesley Morgan, se había construido hace años un casoplón de 1.300 metros cuadrados, nueve dormitorios y garaje para seis coches. Su «humilde morada» era tan grande que el búnker con todo tipo de comodidades ocupaba ya de por sí unos 185 m², que es el doble de lo que suele tener un piso promedio en España. Estaba excavado a 8 metros de profundidad, con su puerta blindada, paredes de un metro de hormigón, armarios para almacenar comida, camas, sistema de filtrado de aire, etcétera. Y armas por la casa, claro, que eso son los Estados Unidos de América.
Se ve que por diferencias políticas de opinión (se había presentado por los republicanos en 2016 como representante del estado) en un momento dado decidió irse a vivir a pastos más verdes, pero no se le ocurrió otra cosa que poner la casa en venta en una inmobiliaria de Internet, con todo lujo de detalles, explicaciones y fotos de todo, incluido el búnker. Eso atrajo a todo tipo de adversarios y gente rara de la que suele pulular por ahí.
Uno de esos «interesados» resultó ser un ex soldado que buscaba casas con búnkeres. Ya con ese criterio de búsqueda la cosa promete. Pues bien, cuando la encontró, pensó que era el mejor lugar posible para instalarse de cara a enfrentarse al inminente fin del mundo, que en su mente ya estaba en marcha (QAnon, conspiraciones varias, Guerra Civil en Estados Unidos etcétera). Así que se plantó allí con su equipamiento y armas para asaltarla y matar a todos los ocupantes para instalarse él; total… ¡es el fin del mundo!
Cuando el okupa hostil llegó, la familia tuvo que enfrentarse a él y hubo disparos por doquier, aunque los de la casa tuvieron un momento de lucidez y llamaron a la policía, que llegó pronto y consiguieron detenerle por la carretera, cuando huía. Luego comprobaron que padecía paranoia y otras enfermedades mentales, que es por lo que se sabe las razones «conspirativas» por las que acabó intentando ocupar la casa con su AR-15, además los preparativos que había hecho por Internet.
Al tal Morgan el susto le dejó mal sabor de boca y toda su familia se fue de la «casa maldita» y del estado inmediatamente. El asaltante acabó en el hospital mental.
(Vía The New York Times + jwz.)