Y, aunque parezca increíble, la cuestión es que todo salió bien.
El asunto era que para celebrar el centenario del Partido Comunista Chino (1921-2021) los organizadores decidieron soltar 100.000 globos de colores de helio para que se elevaran al cielo en un espectáculo de luz y color. Y de paso soltar 100.000 palomas para que volaran libremente. Inevitable pensar… ¿Qué podría salir mal?
En el vídeo que ha hecho circular la televisión estatal se ve cuán detallados fueron los preparativos para evitar imprevistos. Los globos, por ejemplo, se medían para que tuvieran exactamente 25 cm de diámetro. Ese se había calculado como «el tamaño óptimo» según la experiencia de otra celebración de años anteriores: ni demasiado grande (porque podrían explotar al poco tiempo) ni demasiado pequeños (porque podrían no contener suficiente helio y no elevarse). Esto nos trae el recuerdo del desastre de Cleveland cuando soltaron 1,5 millones de globos y todo salió mal:
En aquella ocasión unas tormentas hicieron que los globos y sus kilos y kilos de plástico cayeran antes de tiempo sobre la ciudad, ensuciándolo todo, causando caos y conmoción y retrasando las labores de rescate en la zona (se dice que dos personas murieron debido a ello).
Volviendo a China. Lo de las palomas tiene más intríngulis: la cantidad de desastres que ha habido en al suelta de palomas en eventos multitudinarios (incluyendo funerales) es tan legendaria como hilarante: algunas caen desplomadas, otras se chocan y mueren espectacularmente, etcétera. Aquí utilizaron palomas especiales de esas que saben «volver a casa». Las dividieron en dos grupos: Este y Oeste según hacia dónde tendieran a dirigirse; en el espectáculo se situaron ambos grupos en extremos opuestos de la plaza para que al salir volando se cruzaran grácilmente en el aire. Aunque sonaba también muy arriesgado (lanzar a al aire 50.000 palomas en un sentido y 50.000 en el contrario… ¿qué podría salir mal?) no parece que hubiera colisiones.
El vídeo es breve y no queda claro qué paso con los globos de plástico una vez explotaron ni el daño medioambiental que probablemente han causado. Ni tampoco si todas las palomas volvieron a sus puntos de partida (o si hubo «bajas»), pero bueno, era un «gran día de celebración» que se suele decir. Así que ahí quedan las imágenes para la posteridad.