Por Nacho Palou — 10 de Octubre de 2016

Se llama The Barnacle y es todavía más raro que el cepo que se usa en algunos lugares (léase EE UU, principalmente) para inmovilizar el coche de quienes tienen multas pendientes por pagar. A diferencia del cepo que se coloca en la rueda The Barnacle usa dos poderosas ventosas que pegan el cacharro al parabrisas a modo de parasol inamovible, impidiendo que el coche se pueda conducir — y haciendo sonar una estruendosa alarma en caso de que el vehículo se mueva con él puesto.

No dice nada de qué sucede si se le acaba la batería: ¿se suelta? ¿se puede quitar? ¿si? ¿no?

La ventaja y desventaja simultánea de The Barnacle es que dispone de un teclado con código que permite al conductor quitarlo por sí mismo una vez ha liquidado por teléfono y a golpe de tarjeta sus deudas con la autoridad del tráfico que sea. También el conductor es quien deberá encargarse de devolver el trasto.

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