El Almirante Ackbar bien podría gritar aquí aquello de ¡ES UNA TRAMPA! porque el pedazo ratonera que se ha montado aquí el amigo de The Backyard Scientist da para entrampar a cualquier ser vivo. De hecho lo que pretendía eliminar de su jardín eran mapaches, pero por el resultado diría que le serviría para gatos, ciervos, seres humanos e incluso algún que otro oso, así que… ¡cuidadín!
Lo mejor sin duda son los cálculos sobre la velocidad con la que impacta la trampa de la muerte (que se tensa con un poderoso motor y cable metálico) contra el objetivo, unos 70 km/h. Afortunamente al final del vídeo el científico loco se apiada de los pobres bichos y no coloca a ningún ser vivo para comprobar el resultado.
Y es que lo peor de construir estos trastos es que… ¡No puedes parar de aplastar cosas!