Este «deporte» de proporciones premio-darwinianas consiste en ser lanzado por una catapulta de gigantescas proporciones hasta unos 100 metros de altura, para luego caer a toda velocidad frenando la caída con un pequeño paracaídas y las técnicas del salto BASE.
El lanzamiento en catapulta ya tiene su riesgo e incertidumbre de por sí; y el salto BASE se considera una modalidad de «paracaidismo extremo» muy extremo – más que nada porque si cualquier detalle falla no hay apenas tiempo para reaccionar. Así que la combinación multiplica ambos riesgos y la probabilidad de que algo salga mal.
La aceleración del lanzamiento (0-200 km/h) no estoy muy seguro pero debe equivaler a unos 5 G más o menos, que quedan contrarrestados por la gravedad hasta lo que probablemente es el momento más curioso del salto: el estar un breve instante parado en el aire.
La verdad: no creo que sea el tipo de cosas que pruebe algún día.
(Vía Sploid.)