Un japonés llamado Toco se gastó unos 15.000 euros (o 14.000 dólares, o 16.000, o 34.000, según dónde lo mires) en un disfraz realista de perro collie, simplemente porque le molaba «ser un animal».
El vídeo grabado por la RTL alemana muestra las reacciones, tanto de humanos como de perrunos, que de todo había en el parque.
Resulta un tanto inquietante por un lado por el tamaño; por otro porque es transportado de un lugar a otro en un carrito; no parece caminar mucho (quizá para no dañar la «inversión» del disfraz).
Aparte de eso el tipo tampoco se esfuerza mucho por realizar movimientos realistas; lo de saludar a lo ¡hola!, ¡hola! con gestos humanos como que no cuela. Pero bueno… tiene que haber gente pa tó…