Por Nacho Palou — 2 de Agosto de 2016
Disecar animales de compañía muertos es más viejo que las pirámides. Convertirlos en drones ya es más reciente,
En 2012 Bart Jansen decidió convertir en un dron a su gato Orville. El gato había muerto atropellado por un coche. Jansen se asoció con un ingeniero, Arjen Beltman, para llevar a cabo el proyecto. Después vinieron otros proyectos, incluyendo un avestruzcóptero que vuela.
Bart convierte en animalcópteros sólo aquellos bichos que encuentra en las cunetas, que ya están muertos. «En principio cualquiera que tenga un animal muerto puede venir a nosotros y lo haremos volar», explica su socio Arjen.