En estas pruebas un tanto locas pero al mismo tiempo realistas, un coche con lídar y un Tesla se enfrentan a diferentes pruebas de seguridad, protagonizadas por un entrañable maniquí con forma de niño pequeño, para comprobar su seguridad. ¿Se detienen los coches antes de atropellarlo? ¿En cualquier circunstancia? [Nota: el vídeo comienza con otras explicaciones sobre el lídar pero lo bueno con los coches empieza en 08:11.]
También hay una de las pruebas más divertidas que puedas imaginar, lanzarlos contra un muro pintado como si fuera una carretera, al estilo de los dibujos animados del Correcaminos. Y con el maniquí del niño detrás, claro.
Una de las desventajas que tienen los Teslas respecto a otros coches es que no tienen lídar, pues desde sus orígenes han confiado en cámaras, radares y sensores ultrasónicos en una estrategia que llaman visión pura, con la cámara como principal fuente de datos. Me imagino a Elo¿n Musk en su día diciendo: ¿Los seres humanos llevamos lídar? ¿No? Pues en el coche tampoco hacen falta. El resultado muestra por qué a veces sí hace falta o, más bien, por qué el lídar es una solución superior.