Es lo que tiene manipular cosas tan diminutas como una tarjeta micro SD: te la pones en los labios un momento mientras tienes las manos ocupadas cambiando la tarjeta del dron y al momento te la has tragado, sin darte cuenta.
La historia la cuenta «John Doe el operador de dron anónimo» en I Swallowed a 64GB microSD Card, de cómo se tragó una tarjeta de memoria llena con horas de vídeo recién grabado. El hombre tuvo que esperar a que llegara el momento de recuperarla, exactamente ese momento que te estás imaginando.
Un vez recuperada, la tarjeta parecía funcionar — pero no era posible ver el contenido. Así que durante algunas horas «John Doe el operador de dron anónimo» estaba seguro de que iba perder su trabajo. Afortunadamente para él, la historia acabó con final feliz.