Utilizando trozos de las películas originales, de anuncios, homenajes y otros vídeos de todo pelaje encontrados en producciones diversas, Smasher ha creado este tráiler imaginario de Regreso al futuro IV, una hipotética película que nunca verá la luz porque la historia de Bob Gale y Robert Zemeckis está terminada y completada y fin.

Entre los clips utilizados hay algunos con Michael J. Fox en otras series y películas, diría que otro de La máquina del tiempo, de Ready Player One, alguno que tiene pinta de casero y puede que incluso otros.

Entrañable y deseable, pero casi mejor que no la rueden.

@JymFox compartió esta impactante pantalla en la que Windows viene a decir que

Como Zip = Código postal…

Compress to Zip = Comprimir a archivo de código postal.

Ahí, como un valiente… Todo un espectacular From Lost to the Zip <emoji de «me da dentera»>.

Aunque con otro título, AI Fungi ha recreado con IA Alien, el octavo pasajero («Expedición extraterrestre»), como si hubiera sido dirigida por Wes Anderson y con otros protagonistas, desde Tilda Swinson como Ripley a Bill Murray. Todo tan pasteloso –coloridamente hablando–, simétrico y retro como cabría esperar.

Más que los personajes a mi me encantan los gadgets y decorados que Midjourney ha logrado «imaginar» –si es que las IA imaginan cosas–, especialmente esos cacharritos y túneles del a Nostromo que ahora parece más un escenario de 2001, una odisea del espacio con una mano de pintura de Cézanne.

No sé si Ridley Scott asentiría con la cabeza con una sonrisita, pero gracia tiene… Aunque puede que resultara más en una comida espacial que en una película de terror.

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A Zac Alsop se le ocurrió apuntar a su robot Unitree Go1 a una competición de perros, uno de esos eventos en los que las mascotas muestran sus habilidades, algunas de agilidad e inteligencia, otras «artísticas». (La verdad, no tenía npi de que existieran pruebas donde dueñas y canes hacen coreografías artísticas, pero de tó ha de habé’, supongo.)

El resultado fue un poco desastroso, como se puede ver. El número coreografiado no se le daba muy bien ni al robot ni a su dueño, por mucho que entrenaran, y menos comparado con la agilidad de los perros vivos.

Aparte de eso el desastre final vino con pruebas como las carreras y la búsqueda, habilidades típicamente perrunas, donde no dio ni una y acabó más de una vez por los suelos.

Buen intento, mal resultado… Pero alguien tenía que intentarlo.

(Vía Geeks are Sexy.)