Por aquí no es que seamos muy del espíritu tróspido de Eurovisión, pero es inevitable haber sentido una perturbación en la Fuerza cuando alguien llamado Windows95man ha sido elegido para representar a Finlandia en la próxima edición del certamen.
Welcome, my name is Windows, Windows95man
And I only live by one rule, and the rule is no rules
No rules! (No rules!)
- Windows95man
La estrambótica y pegadiza canción se llama No Rules! (Sin reglas) y además del chunda-chunda de «No rules! No rules!» cabe destacar la performance. Que consiste en el cantante tipo vestido con una camiseta de Windows 95 talla extrapequeña, gorra a juego, minipantalones farding-packing y sandalias con calcetines para terminar de desentonar.
Obviamente, desde aquí le deseamos lo mejor y «twelve points, douze points» con nuestros mejores deseos. ¡Windows si que rula!
Alasdair Beckett-King da en el clavo en menos de 60 segundos con el «otro»* problema de los viajes en el tiempo, algo habrá estado en la cabeza de muchos aficionados y que ya vimos en su día en La singularidad desnuda.
Y es que si te mueves sólo en el tiempo pero no en el espacio cuando reapareces podrías estar millones de kilómetros de tu destino. De modo que un viaje en el tiempo implicaría en cierto modo un rebobinar del tiempo y el espacio, no solo un desplazamiento temporal. Pero entonces, tal vez no podrías volver como tu «yo» del tiempo actual, tus conocimientos y todo tu ser a un pasado en el que muchas de esas partículas ocupaban otra posición.
Mmm… Para darle más vueltas y vueltas a la cabeza, que para eso están las historias de viajes en el tiempo.
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* El primer problema es obviamente la paradoja de que si viajas hacia atrás en el tiempo, por ejemplo a tu niñez, deberías haberte encontrado a ti mismo en algún momento de ese viaje, y si no lo recuerdas es que no sucedió. O si viajas muy atrás, podrías llegar a una época en la que todavía no se hubiera inventado la máquina del tiempo. Además, a saber qué pasa si interactúas contigo mismo. Una extensión de la paradoja del abuelo.
Este titular exagerado –y hay unos cuantos similares si lo buscas– da para todo tipo de chistes por lo WTF: Cerdos canadienses «increíblemente inteligentes» están invadiendo EE.UU.. Y vale tanto por el concepto «invasión» como por la definición de «increíblemente inteligentes», aunque cierto es que los cerdos son bastante más listos de lo que la gente cree.
Al parecer son una raza de cerdos salvajes criados para soportar el rigor del frío de Canadá, que simplemente han cruzado la frontera con Estados Unidos y ahora se comen los cultivos de las provincias del norte. Pesan entre 30 y 110 kg aunque encontraron uno de 300 kg (¡buen jamón!) aunque yo no sé si eso es «súper». Saben cavar madrigueras y esconderse, pero tampoco tengo claro que eso pueda llamarse «superinteligencia». Quien sabe, igual si de lo que se come se cría los americanos que los cacen y se los zampen vean mejorar su C.I. en las próximas generaciones.
BoulderingBarista tuvo la idea de imprimir este precioso diseño de portalápices de pi con una impresora 3D. Tan bonito como funcional.
En total tiene unos 1.120 dígitos de pi impresos delicadamente y con total exactitud en una hélice que por desgracia tiene un final, no como la redonda constante.
Actualización (21 de noviembre de 2022) – Aquí el modelo 3D, cortesía de Nico: Portalápices Spiral Pi.